miércoles, 17 de febrero de 2016

CONFLICTO ENTRE HERMANOS

Ayer mi niño estaba en un arranque de fogosidad, totalmente revuelto, volcando toda su energía sobre su hermana, en un modo tal que conseguía fastidiarla hasta el llanto. Yo detrás de él tratando de calmarlo y sin conseguirlo, intenté abrazarlo, contenerlo, distraerlo, pero nada funcionaba; llegué al borde, al filo del grito, a la línea de mi propia explosión de rabia y frustración; me contuve, pensé: “saca algo bueno de esto, ayúdalo a pensar”…. Respiré… repasé mis herramientas de Coach… respiré otra vez…

Yo: Mati, ven aquí, siéntate conmigo (al filo de una grada). ¿Que harías tú, si ahora mismo estuviese aquí un niño molestando y haciendo llorar a tu hermana?
Mati: Le mandaría fuera de casa, haría que se vaya y que no vuelva mas
Yo: ¿Para qué harías eso?
Mati: ¿Para que no moleste a mi hermanita y mi hermanita no llore?
Yo: ¿Te gustaría que a tu hermanita nadie la moleste y que no llore?
Mati: SI
Yo: ¿Crees que tu hermanita ahora mismo tiene algún problema que la hace llorar?

Se abrieron sus ojos, su rostro se iluminó como se ilumina quien ha descubierto algo nuevo, quien ha visto algo que hasta ese momento no vio. Se levantó, no quiso escuchar más, con sus manos me hacía
señas para que yo no dijera nada mas, no quería escuchar mas, no necesitaba escuchar mas. Se fue, después de pocos pasos regresó a abrazarme, corrió donde su hermana, con un beso se disculpó y continuó con su juego, esta vez respetuoso sin invadir el espacio de ella, felizmente se desplazaba por toda la casa, corría convirtiendo matamoscas en aviones, volando en su imaginación y derrochando energía, vida y luz. Y yo… ¡¡¡deslumbrada!!! Mirándolo fascinada, orgullosa de él, pero en esta ocasión, sobre todo orgullosa de mí!! ©©

Daysi Arcos Argudo

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