martes, 14 de julio de 2015

CRIAR CON RESPETO, EN UN MUNDO QUE NO LOS RESPETA




Cuando decides criar a tus hijos con respeto, debes al mismo tiempo prepararte para una sociedad que no los respeta, y lo que es peor: no los respeta pero está convencida de que sí lo hace.



Hace unos días mi hijo me pidió entrar a una escuela de taekwondo y fui a inscribirlo, al llegar empecé a hacer algunas preguntas a la persona que me receptaba la inscripción, básicamente yo quería saber si su sistema de enseñanza es respetuoso con los niños y que el trato que les dan sea acorde a mi forma de crianza; hice 3 o 4 preguntas, no hice mas y la recepcionista me respondió las dos primeras con la prontitud y cordialidad esperadas, pero a partir de la tercera empezó a salir la esencia con la que esta sociedad trata a los niños, me dijo: “haber hay niños muy mimados que en su casa hacen lo que les da la gana, acá no pueden hacerlo, acá deben entender que este es el territorio del profesor. Por ejemplo tengo niños que se portan muy mal, entonces el profesor los castiga dejándolos de rodillas toda la clase”, quedé con la boca abierta, porque minutos antes me había dicho “aquí somos muy respetuosos”, pero no logro encontrar el respeto en el hecho de dejar a una persona (sin importar su edad) de rodillas durante una hora o mas, por mucho que esté arrodillada sobre una esponja o sobre algodón.

Al final a mi hijo le encantó la escuela de taekwondo que acababa de conocer y estaba loquito por quedarse ahí y yo respeté su decisión y lo dejé, sabiendo además que entre mi pequeño y yo he trabajado mucho la confianza y estoy trabajando intensamente en la expresión de los sentimientos y las emociones, entonces confío en que si llega a suceder algo que a él lo lastime, el me lo dirá y tomaremos las decisiones que correspondan. Pero todo esto me llevó a pensar en lo normal que es en nuestra sociedad hablar de los niños “mimados”, de los padres “sobreprotectores”, de los niños “que hacen lo que les da la gana”, de lo convencidos que estamos que hay que “corregirlos a tiempo” y por corregirlos entiéndase cualquier cosa: castigos, golpes, humillaciones o lo que fuere y por supuesto siempre convencidos de que es “por su bien”.

Me pregunto yo ¿cuáles son los niños “mimados”? Normalmente lo dicen de aquellos niños que no obedecen, que no hacen lo que se les pide, que hacen aquello que ellos desean hacer, que no se dejan influenciar por lo que otra persona (normalmente un adulto) les dice, que están seguros de lo que quieren y van por ello, que saben que lo que ellos piensan es válido y actúan con convicción sin importarles si recibirán un castigo como “consecuencia”, que son ellos mismos y que no se han dejado manipular por el mundo que los rodea, que hacen lo que les dicta su cuerpo, su corazón y su espíritu sin importar lo que digan los demás. Wow! Ojalá existieran los “adultos mimados” que actúen con tal fuerza y convicción, que nunca dejen de ser ellos mismos, ojalá! Pero no! casi no existen, los adultos mimados están casi extintos, por ahí queda alguno que otro, pero muy poquitos, la gran mayoría han aprendido a ser muy dóciles, muy obedientes, han aprendido a quedarse sentaditos cuando lo que en realidad quisieran es correr, saltar volar; han aprendido a complacer a los demás sin importar que por dentro no se sientan para nada complacidos; han aprendido a obedecer aunque por dentro se rompan; han aprendido a reprimir su energía, su esencia a costa de amarrar sus propios deseos; han llegado a convencerse de que lo mas importante es que les digan “buen chico” “bien hecho” no importa como se sientan, lo único que importa es la aprobación de quien los mira, lo único que importa es que no haya castigo o quizá que haya un premio; han aprendido a luchar por una pegatina mas en su “cuadro de caritas felices” o por conseguir el premio al final de la semana o del mes o por conseguir aquel ascenso pero no por sus sueños, no por ser quienes son; ya no hacen lo que desean hacer, ya no están seguros de lo que quieren hacer ni van por ello, ya no creen que lo que ellos piensan es válido, ya no actúan con convicción, ahora les importa mucho los castigos o los premios, ya no son ellos mismos, ahora prefieren dejarse manipular, total siempre les dijeron que tienen que “ser buenos” y “obedecer” eligen ese camino, ya no hacen lo que su cuerpo, su corazón y su espíritu les dicta, ya no, ahora sí que les importa mucho lo que les digan los demás.

Felicitaciones a los padres de estos adultos!!! Al fin tienen el hijo “bueno” y “obediente” que tanto deseaban… pero no! quizá no es esto lo que querían; que sea “bueno” solo mientras es niño, así es mas cómodo para los padres, pero ya de adulto que sea todo lo contrario: seguro, fuerte, espabilado, confiado, convencido y toda virtud de autoconfianza que le sea posible. Después de todo a ninguna mujer le gustará escuchar que un hombre diga que tiene “una esposa muy obediente”, ni a ningún hombre le hará gracia que su esposa le diga seriamente “tienes que obedecerme”, no que va! eso es solo para los niños!!

Es triste ver a una sociedad que quiere niños dóciles y adultos firmes, no se puede, es que en verdad no se puede ¿cómo podría un niño al que siempre se le dice lo que DEBE hacer, derrepente saber lo que QUIERE hacer? ¿cómo podría un niño al que nunca se le ha dejado SER, derrepente saber quien es? ¿cómo podría un niño al que siempre se le ha reprimido su energía, derrepente ser fuerte, creativo e innovador? ¿cómo podría un niño convertirse en algo que es todo lo contrario a lo que siempre se le obligó a ser?, es que no hay como, no puedes entrenarlo para que sea una cosa y luego esperar que sea otra totalmente opuesta.

Soy una convencida de que no existen los niños “majaderos” ni “malcriados” los que existen son los niños con necesidades no atendidas. En mi opinión, si tienes un niño con quien la vida se te vuelve imposible o con quien cada tarde o cada día las cosas terminan en un caos sea en casa, en la escuela o en el vecindario, si algo así sucede entonces deberías revisar a fondo con paciencia y quizá con ayuda, que es lo que le sucede a tu hijo por dentro, que necesidades han quedado en él o en ella sin atender, qué está tratando de decirte con ese comportamiento, qué necesita, quizá mas tiempo, quizá mas compañía, quizá mas empatía, quizá mas contacto, quizá tantas cosas, pero creo que nunca eso que necesite será un grito o una correa.

Los niños aprenden de nuestro ejemplo y de las conversaciones honestas y profundas que mantengamos con ellos (entre otras tantas), así podrás transmitirle todos los valores que consideres necesarios. Soy partidaria de que los niños necesitan valores y no límites, prefiero que mi niño no grite a sus amigos porque ha aprendido el valor del respeto y no porque le haya puesto el límite de no gritar, por ejemplo.

Los niños “mimados” no son tan mimados como se cree, mas bien son todo lo contrario: niños desatendidos.

Hay cosas que jamás pero jamás le haríamos a un adulto y que sin embargo sin pensarlo dos veces les hacemos a nuestros niños y “por su bien”. Lo único que realmente es por su bien es un trato cercano, amoroso, empático… sí, ese mismo trato, el mismo que nosotros los adultos esperamos recibir.

Daysi Arcos Argudo

3 comentarios:

  1. El camino es largo, pero el disfrute radica en caminarlo .

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  2. muchas gracias, siempre hay que querer ser mejores padres.

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  3. Que cierto todo lo que dices...me encanta lo bien que lo expresas...yo tengo dos niñas de 6 y 9 años y la verdad es que estoy totalmente de acuerdo en lo de los valores mas que en los limites autoritarios...el tema es saber muchas veces como hacerlo...

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